A partir de los operativos de la Guardia Nacional en todo el Flujo de agua Suchiate, Chiapas. Hasta los desbordados centros de detención de migrantes en Localidad Juárez, Chihuahua. El regimen mexicano fue partícipe de la crisis humanitaria que se habita en nuestras propias fronteras al desconocer deliberadamente las devastaciones que una cantidad enorme de migrantes padecen en nuestro estado tras ser deportados estadounidense.
En los últimos 2 años, hemos observado como la diplomacia humanitaria y el liderazgo regional de nuestra región fueron remplazados por políticas punitivas que nos han acercado a la militarización total de nuestras propias fronteras. Al día actual, las fuerzas armadas controlan parte importante del accionar del Estado mexicano.
A partir de su construcción, la Guardia Nacional ha desplegado 27’000 efectivos encomendados a detener la “amenaza” migratoria, contando en 2020 con 11’000 activos en la parte sur del territorio. Donde la Guardia Nacional les ha subordinado y elaborado partícipe de operaciones militares que violan derechos humanos en la frontera sur.
Cifras que merman el actuar de la agencia y le dejan comprometida a la espera de ayuda mundial de agencias como el ACNUR, quién para nuestro estado cuenta con un presupuesto 25 veces más grande que el de la COMAR, o como su contraparte del norte, el Departamento de Estabilidad Nacional con un presupuesto de 47 mil millones.
Empresas como Save the Children y Amnistía Universal, han comunicado que, tras ser deportados, los migrantes son víctimas de detenciones arbitrarias y brutalidad a causa de la Guardia Nacional, así como secuestros, violaciones y asesinatos a manos de actores no del Estado. Autoridades en Chihuahua han señalado que los refugios se hallan desbordados, registrando incrementos del 70% en chicos deportados y 100% en chicos repatriados. Al día actual, Localidad Juárez cuenta con 16 albergues con capacidad de refugiar a 1000 migrantes, no obstante, aproximadamente, 100 son deportados al día, construyendo caos y hacinamiento en estos centros.
Encontrando por lo menos 219 denuncias sobre la Guardia Nacional a partir de su construcción en 2019, hasta agosto de 2020.
La verdadera crisis humanitaria en las fronteras fue causada y fomentada por el nulo interés gubernamental federal en brindar la más mínima ayuda humanitaria a los migrantes en su territorio. Dejando de lado los discursos y las reuniones bilaterales, se ha llegado al punto que la exclusiva contestación que el Estado mexicano puede ofrecer al colapso de nuestro sistema migratorio fue encontrada en los cuarteles de las fuerzas armadas del territorio.