El mandatario Andrés Manuel López Obrador planteó el miércoles al hasta ahora secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, para que sea el nuevo gobernador del Banco de México.
En su cuenta oficial de Twitter, López Obrador comentó que Herrera y quien sustituirá en la secretaría, Rogelio Ramírez de la O, son buenos economistas con los que México aspira a conservar el equilibrio macroeconómica.
Todavía falta que el Senado apruebe el nombramiento de Herrera, donde el partido oficialista tiene mayor parte.
Las postulaciones provocaron posiciones encontradas entre representantes del sector empresarial, analistas y opositores en México.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) expresó que la postulación de Herrera “genera certidumbre” y es positiva por su vivencia y capacidad de interlocución dentro y fuera del territorio, sin embargo insistió en que se necesita el “fortalecimiento de la autonomía” del banco central, debido a que de aquello es dependiente la confianza en dicha organización.
Asimismo, la COPARMEX mencionó el miércoles en un informado que espera que Ramírez de la O mantenga las políticas de su antecesor de abertura al diálogo y disposición a edificar convenios con la zona empresarial.
El expresidente Felipe Calderón, contrincante a López Obrador, elogió los anuncios y comentó en Twitter que representan una “señal positiva para la igualdad económica”.
Analistas resaltaron los precedentes académicos y laborales de Herrera, empero cuestionaron su inexperiencia en política monetaria y su estrecha vinculación con el líder mexicano, lo cual consideraron podría perjudicar la soberanía del Banco de México.
López Obrador adelantó hace unos días que no iba a a plantear la renovación de Alejandro Díaz de León al frente del banco central, con quien ha discrepado por diversas medidas, más que nada a partir de que inició la enfermedad pandémica. Su mandato termina en el último mes del año.
Ahora quiso mandar un mensaje de paz a los mercados adelantando el nombre de su candidato. “Que no haya nerviosismo, que no haya incertidumbre, que se lleve a cabo este relevo de forma ordenada”, mencionó.
Según describió, con “Arturo, un profesional en la materia, y Rogelio, médico en economía egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México y de Cambridge… vamos a continuar actuando con responsabilidad, sin endeudar al territorio, no gastando bastante más de lo cual ingrese al fisco, con austeridad y honestidad”.
Herrera ha tenido diversos puestos en el Banco Mundial y en la banca privada y de inversión, y es un hombre de confianza del mandatario, con el que laboró a partir de que López Obrador ha sido alcalde de la ciudad más importante (2000-2005). Se logró cargo de la Secretaría de Hacienda una vez que su extitular, Carlos Urzúa, dimitió abruptamente al rededor de 2019 tras enseñar un claro distanciamiento con el ejecutivo.
Urzúa criticó entonces que el regimen tomara elecciones “sin el suficiente sustento” e hiciera nombramientos de gente no capacitada y con conflictos de interés, algo que él consideró “inaceptable”.
Sin embargo, Herrera afirmó que no es el mandatario quien toma las elecciones en el Banco de México sino su junta de regimen, y que él tiene “muy claro” el valor de proteger la soberanía de la organización.
“Uno de los temas más relevantes… de el equilibrio macroeconómica y financiera es el respecto irrestricto de la soberanía del Banco de México”, mencionó en una entrevista con WRadio al poco tiempo del anuncio.
Herrera rememoró, además, que otros economistas que fueron gobernadores del banco central además salieron de las filas del ejecutivo en momento y que no por esa razón se cuestionó su libertad.
El futuro secretario de Hacienda además es un antiguo colaborador del mandatario mexicano.
López Obrador indicó que los cambios anunciados van a servir para conservar el compromiso de no aumentar los impuestos ni el costo de las gasolinas, el gas o la luz. “En el destino del presupuesto, primero los pobres”, aseguró.
La crisis económica se cebó con Latinoamérica a lo largo de la enfermedad pandémica y México no ha sido la exclusión, con una intenso recesión y una pérdida de empleos que lentamente comienzan a recuperarse.
De acuerdo con el FMI, la desaceleración regional en 2020 ha sido del 7%, la más grande contracción de su historia, y México retrocedió un 8,2% en 2020. De cara al futuro, el Fondo Monetario Internacional estima que el territorio va a tener un incremento del 5% en 2021 y del 3% el año siguiente.